Bolsonaro llegó al poder. ¿Ahora qué?
La máxima autoridad del país más grande de Latinoamérica es una persona que ha declarado que “pondrá un punto final a todos los activismos” del país, que además hizo declaraciones racistas, machistas y homofóbicas durante la campaña. En Ciudadano Inteligente apoyamos el libre ejercicio de la ciudadanía, y defendemos el respeto al mandato que hace al marcar su preferencia en el voto (no podría ser de otra forma, pues es parte esencial del sistema de gobierno que valoramos y defendemos día a día). Sin embargo, vemos riesgos para el espacio cívico, ese lugar en que la ciudadanía expresa sus convicciones y empuja por cambios, y para la misma democracia, a cuya base entendemos se encuentra el respeto de derechos políticos, sociales y económicos arduamente ganados a lo largo de la historia.
¿Estamos ante el riesgo de que un presidente que ha mostrado desdén por los derechos humanos reprima a quienes están más vulnerables? Una autoridad cuyo equipo ha manifestado ignorar el resultado de elecciones si pierden, ¿podría instalar prácticas autoritarias que afecten las elecciones? ¿Podrían tendencias de este tipo expandirse por América Latina? Ante estas preguntas, es necesario que como organizaciones e individuos actuemos para proteger lo que hemos avanzado en décadas de activismo.
Para nosotros, la democracia es más que un mecanismo de elección de representantes. Es un sistema de gobierno que reivindica la diferencia, que nos enseña el poder del diálogo, del entendimiento, e incluso de ceder cuando corresponde. Que crea mejores vidas, más justas, con más derechos. Que defiende a quienes tienen menos del enorme poder del dinero. Distribuye poder para que nada ni nadie pueda aplastar al otro, en ningún sentido ni manera.
La democracia no debe ser una herramienta por la que discursos de odio llegan al poder y luego la destruyen. Hoy debemos luchar por la seguridad de las minorías electas, por exigir el monitoreo internacional constante para la protección de los derechos de las mujeres y, además, entregar garantías a grupos de la sociedad civil para que puedan defender los derechos humanos. Aquí proponemos cuatro acciones clave para conseguir esto:
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No normalizar el discurso del odio de Bolsonaro, condenarlo regionalmente: Como comunidad internacional, debemos rechazar de forma contundente la “normalización” del discurso político del presidente electo Bolsonaro. Con su elección adquiere mayor responsabilidad, y la incitación al odio y el discurso contra derechos deben ser fuertemente condenados.
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Promover el diálogo ciudadano y la formación cívica digital: Debemos ejecutar acciones encaminadas a reducir la confrontación, promover el diálogo y reducir la polarización entre la ciudadanía, incluyendo la libertad de expresión, trabajo para mejorar el ecosistema informativo y la formación cívica, especialmente digital.
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Apoyar a los liderazgos políticos que defienden los Derechos Humanos, para que la defensa de derechos de la población brasileña se haga también desde las instituciones formales, se impidan el retroceso de los mismos y el desmantelamiento institucional. De esta forma se puede ir, de forma gradual, rescatando a los partidos políticos. Es fundamental también garantizar su seguridad.
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Monitorear a la administración de Bolsonaro: un Observatorio de Derechos y Políticas Públicas que permita vigilar áreas prioritarias, evitar el posible retroceso en temas clave para orientar acciones y movilizaciones para impedir un retroceso de derechos e impulsar una agenda positiva.
En Ciudadano Inteligente hemos construido muchas herramientas que nos permitirán aportar en esas cuatro acciones. Nuestras ganas de luchar por mejores democracias son hoy más fuertes que nunca. En este contexto aprovechamos de decirle a toda la ciudadanía brasileña, a las mujeres negras, a las personas transgénero, a quienes están en pobreza: aquí estamos. Ciudadano Inteligente y la sociedad civil de toda la región estamos con ustedes, y no nos vamos a cansar.
Así desde hoy nos ponemos a trabajar más duro que nunca. Lanzaremos nuevos proyectos, nuevas alianzas, nuevas herramientas, para que la voz de ustedes no sea acallada, por más que quieran algunos. Para que esos puntos de acción que sugerimos se activen de inmediato. Para no normalizar el abuso y el odio, ni aumentar polarización que lleve a violencia generalizada. Para recuperar la salud de la democracia. En un momento de incertidumbre, nos mueve una sola certeza: que juntas y juntos somos más fuertes.