Latinoamérica tiene una gran deuda: la falta de paridad de género en la labor parlamentaria. Según cifras de la CEPAL la mujer tiene presencia en los congresos de la región sólo en un 28.8%. Bolivia es el único país América Latina que tiene paridad de género real, dado que su congreso está compuesto por un 51,8% de legisladoras y su población total de mujeres corresponde a un 49,9%.

La población total de América Latina es de 633.145.686 habitantes y las mujeres corresponden al 50,6% conforme a las estimaciones de la CEPAL y CELADE. Pero este dato se contrasta con la representación política del género: de los 4.507 cargos parlamentarios que existen en toda Latinoamérica, sólo 1.303 escaños son ocupados por una mujer. Por otro lado, el único liderazgo femenino que detenta la máxima magistratura en la región es el de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet.

Con ley de cuotas desde 1997, Bolivia ocupa el segundo puesto de presencia femenina en el poder legislativo a nivel mundial —después de Rwanda, África— y el primero a nivel latinoamericano. Su congreso cuenta con 86 congresistas mujeres (51,8%) de un total de 166 cargos disponibles. En el detalle la representación de legisladoras en el parlamento está constituida por 69 diputadas (53,1%) y 17 senadoras (47,2), superando al 49,9% de mujeres presentes en la población del país.

En el resto de Latinoamérica, la presencia femenina en el Congreso es todo lo contrario: Nicaragua (42,39%), Argentina (39,51%), Ecuador (38,39%), México (32,96%), Costa Rica (31,57%), El Salvador (30,95%), Perú (30%), Honduras (25,78%), Venezuela (28,25%), República Dominicana (25,22%), Colombia (21,7%), Guatemala (21,5%), Uruguay (21%), Panamá (18,3%), Paraguay (17%), Brasil (10%), Haití (2%).

En Chile, de un total de 158 legisladores, sólo 25 son mujeres, es decir, representa al 15,8% según la Biblioteca Nacional del Congreso de Chile Además, la cantidad de mujeres en la población del país corresponde al 53,1%. La ley de cuotas exigida por el nuevo sistema electoral proporcional asegura que al menos el 40% de los candidat@s por pacto sean mujeres. Lo anterior representa una inmensa brecha en relación a la cantidad de mujeres en la población versus a su presencia en el congreso. ¿América Latina es machista? Sí. ¿Podremos cambiarlo? Definitivamente, pero depende de todas y todos mejorar la diversidad en los congresos, puesto que es necesaria para representar adecuadamente a la ciudadanía.