Chile se estancó. Después de liderar en transparencia presupuestaria en Latinoamérica, los niveles han bajado drásticamente. ¿Cómo lo mejoramos? Aqu algunas ideas.

A muchas personas, hablar de presupuesto les suena aburrido. Suena a números, papeles, cálculos, burocracia. pero aunque suene como algo extremadamente técnico, tiene una importancia clave para las democracias de todo el mundo.

En Ciudadano Inteligente fuimos la organización que aplicó en Chile la Open Budget Survey 2017, la única encuesta global e independiente que mide qué tan transparentes son los presupuestos del Estado alrededor del mundo, organizada por la International Bugdet Partnership. En concreto, mide qué tanta información entrega el poder Ejecutivo a la ciudadanía (a través de ocho documentos clave que se deben producir en la tramitación de cualquier presupuesto fiscal), qué tan vigilados están los presupuestos, y qué tanta participación ciudadana existe en su proceso.

En Chile estamos por sobre el promedio mundial de transparencia, con 57 puntos de un total de 100. En vigilancia del presupuesto, todavía necesitamos más fiscalización tanto de la Contraloría como del Congreso (que todavía no tiene una oficina contundente dedicada a esta labor, algo que sí pasa en otros países del mundo). Lo más preocupante que arrojó la encuesta, a juicio de nosotros y nosotras, es el bajísimo puntaje que tiene Chile en participación ciudadana: sólo 11 puntos de 100.

Es decir, casi no existen posibilidades para que las chilenas y chilenos puedan manifestarse respecto a cómo deben gastarse los recursos del país que construimos en conjunto. Colombina Schaeffer, nuestra subdirectora, dijo a La Tercera: “Si en Chile se quisiera recuperar la confianza, las personas deberían tener un espacio donde puedan sentir que influyen en el futuro del país”.

Cuando hablamos de reconstruir la confianza nos referimos a lo difícil que es volver a confiar después de casos como los de SQM, Corpesca y Penta, en contexto en el que la participación de la ciudadanía en política ya venía declinando en toda la región. La buena noticia es que podemos arreglarlo. Con más transparencia, más participación, más ganas de hacer las cosas bien.

Revisa aquí los resultados a nivel mundial de la Open Budget Survey 2017.