En las próximas semanas nos dejará nuestro querido director ejecutivo, Pablo Collada, que estuvo con nosotros por casi cuatro años y transformó de muchas buenas formas a Ciudadano Inteligente. Aquí nos deja algunas palabras de despedida y en el equipo desde ya le agradecemos por coraje, pasión y por creer (en el pensamiento y en la acción) que juntas y juntos somos más fuertes.

Queridas amigas y amigos,

Hace unos días le anuncié mi salida al Consejo de la Fundación Ciudadano Inteligente y, posteriormente, al Equipo Ejecutivo.

En 2014 llegué a Santiago lleno de incertidumbres de lo que podría pasar, pero con la firme convicción de entregarme a plenitud a la organización que me daba un enorme voto de confianza.

Hoy me siento profundamente satisfecho. En estos años, Ciudadano Inteligente se ha consolidado como un actor clave para el debate político en Chile y como una institución que aporta desde diferentes frentes a la agenda de innovación política y la apertura en América Latina.

Tras un intenso proceso personal de reflexión, reconocí una serie de causas que dieron origen a mi decisión. Ahora se las comparto sin orden de importancia y advirtiendo que son producto de un ejercicio personal y no institucional:

  • Fin de ciclo: Cuando llegué se planteó el desafío enorme de profesionalizar a la organización, crear un modelo de sostenibilidad y ampliar la influencia latinoamericana. En este tiempo, creamos diversos protocolos internos e hicimos una reestructura institucional completa. En los últimos meses, echamos a andar un plan de sostenibilidad y hemos hecho un gran esfuerzo que ha derivado en la ampliación de la base de donantes. Y justo ayer, terminamos de hacer una actividad cuya metodología ha sido llevada a 12 países incluyendo Brasil, donde hace un año abrimos una pequeña oficina hermana. Los desafíos siguen ahí -quien ha estado en una organización lo sabe-, nunca paran y siempre crecen. Pero hoy sé que la organización está en un lugar diferente para afrontar nuevas cosas. Eso me ilusiona increíblemente.

  • El rol de dirección debe ser dinámico: Ciudadano Inteligente nació para fortalecer las democracias y desconcentrar el poder en América Latina. Si eso no empieza en casa, abriendo las decisiones y con una estructura horizontal, es difícil promover ejercicios de apertura fuera. Creo firmemente que el rol de dirección en una organización así debe habilitar liderazgos diversos, decisiones de abajo hacia arriba y nunca perpetuar estructuras rígidas. Esta dirección debe renovarse y distribuir constantemente su poder.

  • Nuevos desafíos personales: se vienen cosas emocionantes y diversas que empiezan su fase de construcción ¡Qué emoción!

En poquísimas palabras, se concluyó una encomienda y eso detonó la certeza de que este sitio para crecer necesita dinamizarse. Y yo también.

Durante esta reflexión (y gracias por leer quien ya llegó hasta aquí), he intentado hacer el ejercicio de identificar algunos de los mayores aprendizajes de este tiempo. En próximos posteos los iré compartiendo como un ejercicio abierto de traspaso para la persona que llegue y que pueda servir como referencia para quien quiera. Prometo que no serán recomendaciones (¡qué aburrido!), sino cosas que me hubiera gustado saber el día que llegué, pero que me siento honrado de haber recogido en este tiempo.

En fin… No me queda más que gratitud por las decenas de personas que han formado parte del equipo y el Directorio de Ciudadano Inteligente, que han hecho este viaje maravilloso. Por los cientos de aliados que han confiado en nosotros para hacer proyectos pequeños y grandes. Y por los miles de miembros de esta comunidad que todos los días nos recuerda que juntos y juntas somos más fuertes. No sobra decir que para lo que venga después pueden contar plenamente conmigo.

Ahora, a dejar las puertas bien abiertas y empezar a sacar el letrero de bienvenida para la persona que vendrá delante a tomar esta hermosa responsabilidad. Yo acompañaré el proceso desde FCI en conjunto con un comité de selección, así que seguiré en la organización para acompañar el traspaso.

Nuevamente, gracias por todo.